Fuerza de voluntad en talla mediana

por Seúl Carranza

Ya saben como me llamo, mido uno con noventa y soy adicto a la semana de la moda de Milán, también carezco de sentido del humor pero en su lugar se me otorgó la capacidad de ahorrar compulsivamente y aunque parezcan comportamientos contradictorios la ilusión de equilibrio entre vicio y virtud radica en las etiquetas que aún conservan todas estas prendas que llevo puestas y que mañana pasaré a devolver.

Son dupes democráticos de Issey Miyake y MaxMara que compré en la Zara, tienda  que prefiero porque además de que es fácil que regresen el dinero me gusta entrar para  tratar de imaginar o escribir chistes sobre front rows, diseñadores en twitter y el drama de mis cuentas bancarias como si fuera protagonista de un standup en el metaverso religioso de las marcas donde la promesa de paraíso se adquiere con tejidos sustentables, logos invisibles y se abona con armarios cápsula pero les confieso que la mayoría de las veces no encuentro remates divertidos ni con estilo ni farsa y termino en los probadores haciéndome selfies y abusando de hashtags y plegarias mientras mi público imaginario me arroja tomates y se marcha, dejándome solo parodiando a Max Aub y riendo en voz alta con algo como: los mate a todos porque eran las últimas rebajas.

Por eso saliendo de dicha autoayuda sin ropa nueva y sin gracia me rindo con los chistes y empiezo con las hipótesis personales como esta por ejemplo donde la Fe que tengo en mi fuerza de voluntad para abandonar esta dictadura hedonista como hábito de la abundancia es igual a la Fe de Erratas que Inditex  nos queda a deber cuando nos vende la talla XS como Mediana, legitimidad e idiosincrasia presente de su referencia estética que me aprieta cuando quiero escribir verso vestido con casi noventa porciento de poliéster y me sale prosa y entre más poliéster más prosa y entonces quisiera pedirle a Abril, mi compañera del taller, algún consejo para conseguir esa elegante habilidad de síntesis pero siento que en lugar de un SMS le  terminaría escribiendo una carta y aunque mi frugalidad desee ser breve las fotos del Street Style italiano me hacen escribir cosas extensas y desordenadas como futuros cadáveres de algodón orgánico sobre el desierto de Atacama.