por Rosario Reviglio
26 de febrero
masticando el rosario.
27 de febrero
hoy tuve una gran sesión de terapia y me siento más fuerte que ayer. qué tanto más fuerte será que soy capaz de escribir durante toda la noche hasta que se me cansen las manos. igual no podría hacerlo porque tengo papas hirviendo en la cocina y debería ir lavando la rúcula y otras cosas.
pd: …
me olvidé.
sábado 4 de marzo
te amo buenos aires cuando estás radiante y cuando oles asquerosamente mal, en verano, en otoño, con tus perritos con correa violeta, decadente, absorbente, con tus gatitos que maúllan encerrados. estuve escribiendo en el subte sobre el asiento mugroso de pana. me vine al centro a buscar un libro de la Alt lit que vi en los usados y miré y toqueteé, pero no compré, y me arrepentí! (y lo encontré!) el librero me sonrió cómplice. me puse rouge y una pollera sexy. gracias, te agradezco, no, gracias. le propuse a C pasear por san telmo para cambiar de aires. buenos aires. la plata no alcanza para nada, es de papel crepe, es un chiste de mal gusto, es un pensamiento prendido como una garrapata.
viernes 5 de mayo
no logro escribir cartas desde diciembre. tampoco otras cosas, ni poemas, solo uno pequeño en enero que ni siquiera es interesante. “no he podido entregarme a la clase de contemplación que hace falta” y mi astucia se escurre. es como si estuviera todo el tiempo llegando tarde al momento. “contemplo las montañas y no veo más que montañas”, veo la superficie de las cosas y las páginas se me cierran solas. “no me he sentido pura de corazón…” es decir que estoy contaminada…
se dijeron muchas cosas sobre la escritura que no leí, que no sé, así que no sé. lo que yo diga no será leído, ¿no será dicho? no será sabido. el otro día había dicho algo: como que escribir es el óxido del cerebro. ahora no lo creo porque el óxido del cerebro y la escritura tienen diferentes niveles de importancia. ella me lastima con agujas, una aguja junto a la otra, junto a la otra, junto a la otra, todas hincadas en el pecho al mismo tiempo.
tiene nombre -aunque es indecible- la escritura.
me anoté a una clase de ballet por biomecánica para retomar el lunes que viene. la danza clásica es frustrante por naturaleza y por definición. hacer bien un fouetté es más difícil que aprender a navegar de noche. la danza clásica es tan tóxica que así como te llama, delicada y encantadora, después te expulsa de un empujón violento: rotá más! rotá más! rompete la cadera! es perfecta.