Qué divino este bar

por Lucía Massolo

¡Qué bar ese! El bar de lavado de plata. El de la 1, que corta con la 36. El que está enfrente al mar, ese. El que tiene tres personas en temporada alta. Y es precioso! Ese. ¡Qué bar! Que precioso. El de el diseño new-age-palermo-lujo-madera-dibujos-en-la-espuma-del-café-electrónica-fea-flat-mocha ese! El de la chica divina de colita alta. El de mamá deportiva. Ese. El que tiene buen nternet, el único, bah, que tiene buen internet y a donde voy a mandar archivos de trabajo porque en la casita de playa que vinimos con Sol no se puede. Ese! Que divino, que fantástico. El que uso para venirme a leer cuando ya estuve con Sol todo el día. Al que vine hoy a ver si me estoy atrasando mucho con la facultad porque no puedo desconectarme un segundo de la capital. Sol si puede, cuando le mandan un mensaje se enoja y lo silencia y sigue fumando abajo de la parra, sigue fumando sobre la mesa que armamos en el patio cuando dejó de llover y salió el sol y sigue fumando cuando hace unos dibujos buenísimos que si sacara a la luz del día la volverían famosa. Incluso cuando dibuja, sigue fumando, ¡qué cosa! Qué cosa esta Sol! Bueno ese, ese bar! De lavado de plata. Ese bar que ahora se llena de luz dorada por los ventanales, el que uso para venir a pensar porque me hice la linda en la cama pero Sol me alcanzó un té y se fue afuera a dibujar y no me cogió o para pensar por qué a veces siento que solo me gusta la idea de las cosas. Porque no hay problema si Sol no quiere coger ahora pero si hay problema si no cojemos en la casita de playa hippie-clase-media-ultra-lesbiana que alquilamos porque eso se supone que hacen las hippies-clase-media-ultra-lesbianas. Ese! Ese mismo! ¡Qué bar! ¡Que divino! ¡Que divino este bar! Que divino el silencio estéril y un colchón de música de ascensor. Que divinas somos con Sol que tenemos re-claras tantas cosas y no somos esas parejas goma que tienen que estar todo el día montándose una encima de la otra como cachorritos en la pierna de su dueña. Somos la pareja MÁS SANA de todo este pueblo y somos la pareja MÁS SANA de capital y de nuestros amigos y por qué no de américa latina. ¡Qué divinas! ¡Qué divinas que somos! Ese bar me llena de esperanza! Por mi que laven toda la plata que quieran, mientras exista, porque por alguna razón, en ese bar Sol es una idea reluciente sacada de una película francesa y me deja fantasear con las cosas que podríamos hacer, pero no hacemos y porque mientras siga en este bar no tengo que pensar mientras se apoya en mi panza y vemos Gossip Girl ni pensar mientras me roba un beso en la playa ni pensar cuando le sacamos fotos a una lavandería abandonada, porque mientras siga en este bar, no tengo que darme cuenta que solo soy yo, incluso cuando estoy con ella, ni lo que eso significa, ni podría significar y Sol y yo podemos ser la mejor historia de amor, una que no se termina porque no se vive, porque si se vive puede gastarse y convertirse en algo tan aburrido como la música de ascensor que sigue sonando. Acá, en este bar. El de lavado de plata. ¡Que divino! ¡Que divino este bar!