Por María Olivia Eguiguren
Lapidada por la propia fantasía
obligada a practicar el ritual
como escape al
del corazón
hundimiento
Sola, como en el páramo,
la quietud de quien nada desea
a la espera de llenar la copa
Recuerda no insistir en la búsqueda
evitar a toda costa el displacer
tautológico de la pesquisa.
Una al fin se acostumbra
a que nadie le diga adiós