por Lorenzo Cao
Él me cantaba: somos hombres
somos hombres cantando,
somos el cuerpo de las grutas, preguntemos
si somos hombres, si seremos
la pecera o el acuario o el pez
que contrae el agua
cuando muere.
Somos hombres, mordía, luego poetas.
Sangran tus noches, él me cantaba
tomadas por la grieta de la llanura, tomada
por su mano y una palabra soplada/ una piedra
que lleva: otra piedra hacia la llanura
tomada por la sangre que pega
donde se usted se ahueca.
Yo era Yupanqui, él no lo vio
a él se lo contaron.
La ficción hace cuerpos, pero cómo.
Yo no lo sé
escuchen mi voz
yo no puedo saberlo.
Y mi cuerpo es de hombre en el espejo: ¡Mirenlo!
¡cómo tiembla! ¡cómo el viento agita las ventanas
–digo,
es un decir– los espejos!.