por Carmín Santos Posca
Película dividida en tres partes
en la que cada director
narra una historia relacionada a Tokio.
Una de ellas cuenta la historia
de una persona que vive encerrada
en su departamento
por voluntad propia.
Con un teléfono rojo pide
todo lo que necesita
y luego lo paga con plata
que le envían sus padres.
Cada viernes ordena pizza
y apila las cajas formando
una estructura de simetría
japonesa
que recorre todo el living.
Por única vez,
el pedido lo trae una chica
que en pocos segundos
advierte
que hay una de todas las millones de cajas
que está al revés.
El sorprendido
levanta la vista,
en todos esos años
nunca había mirado a nadie a los ojos,
y el departamento comienza a temblar
hasta que la chica se desmaya
y sale corriendo.
Cuando el zoom de la cámara
se acerca a las cajas ordenadas
recuerdo estar con mi prima en el auto
en la puerta del pasaje Dardo Rocha
por ir a ver esa misma película.
Era mi primera cita con un chico
que me gustaba mucho.
Estaba muy nerviosa y
temblaba como el departamento en Tokio,
mientras mi prima me daba consejos.
Finalmente todo salió bien,
la película nos gustó mucho
y después recorrimos la ciudad
en busca de basura interesante.
Volví a casa contenta
aunque no nos dimos un beso.
El chico japonés
también se anima
a dejar su departamento,
por primera vez luego de diez años,
para buscar a la chica.
Cuando sale a la calle
se da cuenta que ya no hay nadie
porque todos están encerrados en sus casas,
pidiendo cosas por teléfono
y pagándolas con plata.
MI C RO CENTRO 