por Ana Cecilia Calle
Flavia, me recuento. Las rodillas en portugués son los joelhos, pero juego es brincadeira. A veces no puedo con tanta luz. A las cinco y media hay luz. A las seis pasa el hombre del Brasilgás: Brasilgaisss, dice. SILGAISSSS. Entendí que estaba aprendiendo el idioma cuando el silgaish se me volvió Brasil Gas en la cabeza. En esta luz me veo toda. Es como si tuviera un espejo limpio. SILLGAIS, y sé que tengo que salir. Me veo las arrugas de la cara, el fondo de los ojos. Brinco es arete, brinquedo es juguete, hacer un chiste es brincar. Estou brincando. Me veo entera. Catraca es torniquete. Gira a catraca, le dicen al señor del bus —le pago siempre con una moneda grande que me recuerda a la moneda de mil colombiana, a la moneda de dolar gringa, a los dos pesos argentinos— y el señor deja pasar a una señora por menos dinero. Olhar es ojear y cheiro es olor, pero hediondo es fedorento. La perra de esta casa se llama Frida, es fedorenta y sufrió tanto en su vida pasada que la dueña le puso un nombre redentor.
Falar es hablar y puxar es empujar, pero también dicen puxa como nosotros decimos juepucha.
Se responde «é», y no «sí», en el verbo está más la certeza. Se yanta como se comía en el Mío Cid. Bora, vambora, vamos saliendo, escada es escalera. Uno bota en el fogón, y no “pone», y si pone, pega. Pega también si liga con alguien. Borracha es goma, boate discoteca, una disco también es una balada, y una canción es una música, un som. Una toca um son, una liga para llamar por teléfono, o para prender o apagar la tele, o las luces. Liga para mim?
Los semáforos abrem o feicham; se abren y se cierran las luces como los ojos. Bater es tocar la puerta, pero uno bate perna cuando sube a verte en la loma de los afligidos, los gemelos tensos en la subida son las batatas. Batata bate perna. Fugir, efe o hache. Los idiomas toman decisiones, humo o fumaza. Esquero el yesquero que te paso para que hagas un café borroso. A veces, claro, no te entiendo. Vemos un documental de Pina y dices que deberíamos bailar. Te pones de pie y haces pasos de danza moderna. Abres los ojos, mueves los joelhos, te veo brillar en la luz de la cocina. Un bote es un návio, o un saveiro es un velero, veo pasar un saveiro por la ventana que da al mar, me corriges la che de la leite, leite quente da dor de dente. Desde la ventana la bajada a la ciudad, Yo vengo de la montaña te digo. El plural es a gente. A gente (não) foi. Te puse una mano en la cintura. Esquentar es calentar, Flavia. Esquecer es olvidar.