| En el supermercado alguno de los dos tuvo que haber comprado una estampita protectora. Eso no es hacer trampa y tampoco es desidia. Es un mundo autosuficiente el del dinero y la fe, el del supermercado sin un alma en los pasillos. O pocas. Almas buenas, fantasmas que buscan la reconciliación. Abrí un yogur y corrí por los pasillos. En vez del día que se nos vuela todo de las manos con el viento que sea el día en que algo nos protege. Encuentro sosiego para mi vida en las estampitas protectoras. Tienen consejos para alcanzar el éxito, para que la luz te toque y te triture el corazón como una hormiga sin hacerlo polvo; para que te alcance el dinero.
Ahora estoy en la gasolinera esperando que salga alguien del baño. Justo en el punto donde el color del techo cambia Rodeandome de sucesos extraños Mi ángel vendría a verme en un lugar como este Trato de ser feliz todo lo que puedo Conté mi dinero Tengo todas mis llaves Me reflejo en los vidrios de los autos La tormenta también se refleja
No sé cuánto tiempo nos tomó salir En parte porque a mi amigo Se le perdieron las llaves Por eso
En el paraíso de las llaves perdidas Cuentan que una puerta se tragó una llave y nadie la vio más Otra cortó una llave de un tajo a la mitad Una puerta descorazonada expulsó una llave de la cerradura La escupió al suelo La llave se deformó Están planeando una venganza sin igual Las llaves
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