por Camila Malenchini

Son como papeles doblados y arrugados que encontrás cuando metes la mano en el bolsillo de la campera. Estuvieron en la oscuridad un montón pero no te animas a tirarlos porque pueden ser importantes y nunca hay tiempo para revisarlos porque siempre es tarde. Y después estas todo el día caminando por la calle con las manos en los bolsillos, porque hace frio, tocando los poemas y sintiendo como se mezclan con el polvo y las basuritas del bolsillo.
Esos poemas son como bocados de comida que tenes que ponerte en la boca, morder, masticar y tragar. Cuando los tragás, significa que se terminaron, que sentíste el sabor, la textura, el color, el tamaño y el tiempo.