por María Muchut
al terror lo siento levemente ingresar por el ascensor
lo escucho en el pasillo
se desliza hacia todas las puertas
al terror lo invito cuando sangra mi útero
o cuando se me engancha la media
en el ascensor
y alguien lo llama
al terror le sirvo un café, vencido
para que se quede un rato
y después
vomite. al terror lo invito
a mi eterno reinado
cien espadas finas alrededor de mi cama
el terror no invade,
espera
y se agazapa
en cada espacio
entre cada madera
y yo no piso