Aparecen las que fui y en los sitios que estuve

por Leticia Ybarra Pasch

Aparecen las que fui

           y en los sitios que estuve

  1. Ahora habla Burial.

Dice Burial que cuando era un niño solía fantasear con que le metiesen en los cubos de basura.

Que escapaba de las cosas sin que mi madre supiese que me estaba metiendo en los cubos de basura. Estoy dentro de una bolsa de plástico negra fuera del edificio donde vivimos y escuchando la lluvia sobre mí, pero me encuentro bien, solo quiero dormir que venga un camión y me recoja.

Mi madre murió y me quedé muy triste.

                                                                 Se aparecía en mis sueños,

era una figura delgadita

                       que nunca cogía el centro.

La encontraba pegada a las paredes,

                                                       rozando las cañerías.

Parecía que iba

A disolverse con las goteras

                              desaparecer por el conducto del aire.

 Pero de algo se alimenta el fantasma.

Era cuando yo estaba despierta que fantaseaba con un lugar que era un espacio sin esquinas con un banco. Ahí nos sentábamos mi madre y yo una al lado de la otra cogidas de la mano.

El limbo, la sala de espera, el paraíso.

      Ninguna de estas tres cosas.

No deseaba eso en la muerte

sino sentarme en ese banco como proyecto de vida.

Nos dábamos la mano. No hablábamos. No había acumulación de recuerdos ni proyectábamos. Si alguna de las que fui sigue sentada en ese banco la historia no seguirá engordando.

  1. Ahora se superponen varios scripts. Hay movimiento. 

Esta mañana en la calle, y después en algún otro momento, estaban buscando a un caniche en la puerta de la lavandería. (Podría ir de otra manera. En un primer borrador lo importante era: con el sol estaban ardiendo las lavadoras).

  • ¿Has visto a este perro?
  • No.
  • No, ¿estás segura?
  • No, no, me acordaría de un perro como ese. ¿Quién es?

Voy a la parte del acuario donde todos los niños se colocan a lo largo de la barandilla para contemplar a los cocodrilos, a los caimanes, nunca se mueven… Están ahí.

El descosido,

el arreglo con forma de Z.

A veces digo

                     tengo que retocar

mi mapa mental para navegar el mundo.

No sé de qué maneras

la gente comprende sus vidas.

Cada persona que he conocido

                      cada persona con la que interactúo

                                         me sirve como medida

para recalibrar cómo me relaciono.

Qué entiendo por «cómo me relaciono».

3.  Quiere hacer crecer flores y alimentos.

Sueño que doy a luz a mi madre. Me la pongo en las rodillas, coloco su cabeza en mi brazo y le doy de comer dumplings. Mide 1,72. Parece más un fantasma que seguir las lógicas de un sobredesarrollo. Pero viene con hambre de bebé.

Le paso la mano por la cabeza, me mira, no sé que es, sé que no será como yo. Le doy de comer dumplings. Nuestras voces se mezclan dicen a la vez:

Co… coco… crocodile…

This is how they go, go, go, the little…

How they go, go, go, the little puppets…

De entre los nacimientos que acumulo, en este no puedo hablar de un parto complicado. Doy a luz a mi novia. No sale de ningún orificio de mi cuerpo, no me tienen que descoser ni volver a coser. Me asomé por dentro de mi camiseta y estaba ahí mirándome.

No me lo tomo como un juego:

ni yo ni ninguna de ellas dos comprendemos cómo es que nacieron.

Estos son unos sueños muy simples.

No tendré madre ni hija

cuando hayan terminado.

4. Ahora aparecen las que fuií, Eileen Myles, CAa Conrad y Diocouda Diaoune. Estas voces se suceden y quizá se pueda apreciar cierto método en esto. 

Vienen los muertos y no podemos hacer nada.

                                     En ese momento te quema un recuerdo que no es tuyo:

                                                                                                          Tenía 6 años

                                                                                            Y perdí mi serpiente.

Perdí un bolígrafo, un libro, algo de dinero

inesperadamente me sentí más cerca de ti.

Comparto sueño con una mujer que está embarazada. Soñamos, soñamos que llevamos con cuidado a su hija en un cuenco cubierto con film transparente. Hace calor en la habitación. Lo destapamos y descubrimos que se ha convertido en un huevo frito.

Miramos el huevo y decimos: «bueno, pues me la voy a comer».

           y en los sitios que estuve