por Anna Ferrer
(imagen Joan Ferrer, 2004)
estoy en la cocina de tu casa
aguanto la taza de té con las dos manos
bien cerca de mi cara
de esa forma que siempre me retraes y que te hace reír
me preguntas
si pienso que las mujeres de una familia
tienden la ropa mojada de la misma forma
digo que creo que no
en tu casa las camisas se cuelgan distinto
y cuando estoy de visita
cambio mi técnica
para que tu mamá no piense que no me enseñaron
y que su hermana lo hizo mal
dices que crees
que al tender muchas veces con otra persona
tomamos y cedemos los movimientos de nuestras madres
con miguel
nos repartimos los cuatro extremos de la sábana
para extenderla en el aire
y sacudimos con fuerza y la estiramos
punta con punta mitad y mitad
y la soltamos sobre los cables del tendedor
que hemos dejado vacíos
alineamos la ropa limpia
sobre el espacio que queda
mientras le cuento que una vez
de pequeña
el conejo que teníamos
anidó en la manga de un albornoz
que llegaba hasta el suelo
le digo que les dé la vuelta a las prendas oscuras
para que el sol no les quite el color
y me fijo en que ha ordenado los calcetines
para que luego sea más fácil juntarlos