por Guillermina Chiariglione
1
Después de casi un pánico escénico por la expresión, reconecto con la escritura. Paso de no escribir a escribir en un cuaderno, de escribir en un cuaderno a flashear cada tanto algún poema, de flashear cada tanto algún poema a escribir una vez por semana, de escribir una vez por semana a escribir todos los días.
Esto de los tiempos y los procesos se me vuelve borrascoso
Estoy lavando los platos cuando veo a una paloma posarse frente a mi ventana,
y me acuerdo que antes de ayer estaba tomando unos mates cuando el sonido del golpe contra el vidrio me interrumpe
Quedo en shock.
Levanto la mirada y veo a la paloma alejándose.
Por suerte no era un pájaro, pienso.
Pensar eso me da culpa, como casi todo, registro.
Decido como solución no volver a limpiar el vidrio, lo cual me provoca hasta placer.
Me tranquiliza la idea de escribir sobre esto, aunque es la nada misma.
2
Me puse el huevo negro de obsidiana adentro de la vagina.
Por miedo a no tener ningún tema para escribir, voy a fondo.
Lo hice a la noche, porque es cuando mejor funciona.
Su sistema de fuego y sombras actúa en el plano onírico
Soñé con cosas banales inmersas en escenarios tétricos.
Aparece mi papá y agradezco la señal aunque no la entiendo,
Se lo veía triste, como siempre, pero lo raro es que esta vez,
mi papá acababa de publicar un libro.
Durante todo el día amago a decírselo, pero junto con su asegurada respuesta: “Mira que loco”,
desisto.
Escribo con las piernas entrecruzadas, como un espiral, de esos que siempre trato de imaginarme en la clase de yoga.
Es como si desde mi cadera hasta los dedos del pie hubieran mínimos 3 vueltas.
Lo siento como una necesidad de auto contacto, protección y amor,
un poco exagerado.
3
Me despierto y me masturbo, aunque a simple viste no parecía estar caliente
El rayo del sol me atraviesa.
No hice ningún esfuerzo, me entregué a la aspiración del satisfyer,
Lloro ácido y me preparo un mate.
Mientras cebo, registro una picazón rara, como de bien adentro.
Al instante se me va, pero lo anoto.
Hace tiempo que llevo un registro de todos mis síntomas, que todavía no leo.
Cancelo un plan y me quedo en casa, como todos los días.
Busco una película para ver, mientras mi cuerpo y mi alma se preparan para sentir la muerte de mi tío.
Tengo miedo y mucha responsabilidad
Que paja.
Cada vez que reviso el texto, cambio mi expresión, de a poco me sienta menos tensa.La mayoría de las veces le saco palabras.
4
Hoy cumple años mi papá y su hermano mellizo, que por suerte sigue vivo.
Los saludo con emoticones y lindo deseos.
Solo eso.
Tengo puesta la misma ropa literal que hace 3 días.
Pienso que debo estar deprimida
Me acuerdo del huevo de obsidiana que sigue adentro.
En teoría hay que sacarlo todas las mañanas y volver a ponérselo durante la noche, no usarlo mientras menstrúas y trabajar de esta forma durante 3 meses- descansar un momento y seguir así hasta el mes 9.
Nunca hice eso
Una vez , al sexto día creo, estaba un poco desesperada así que intenté parirlo, como sugieren.
Una tarea imposible, metí mi dedo mientras empujaba, pero no parecía si quiera moverse.
Estaba ubicado en un lugar que no sabía que existía,
Al fondo del fondo y a la izquierda.
Un órgano de piedra, imperceptible.
Sentí mucha admiración por todas las madres.
Soñé que tenía que tirar la cocaína del chofer de un auto por el inodoro.
5-
Me levanto embarazada de 4 meses y medio
Hijo de Osiris, te recibo,
manifiesto.
Esto de la pandemia me evita tener programas sociales, así que todo fluye en sintonía.
Me siento algo contenta y rara
Quiero ser un huevo.
Cada número del mes me recuerda al tiempo exacto sin sexo.
Dicen que de la pasión aflora la creatividad, que el deseo ígneo de a adentro trae nuestra esencia.
Soy un fantasma terrenal.
Salgo al balcón e intento volverme pájaro, algo inútil, pero posible,
concluyo.
La ventana de mi cocina apareció cagada,
Seguro es una señal de esa paloma que no lamenté su posible muerte.
Me doy cuenta que lo que más extraño de mi mamá es su risa,
pero de adolescente la odiaba
Mientras la busco con mi cara, lloro.
6-
Mis cachetes se mueven como un robot
El software le envía la señal durante toda la noche de que nada ingrese
las muelas ejercen su función.
Su nivel de fuerza me sorprende
Me despierto y la distancia entre los dientes varían entre 65 y 100 milímetros.
El día transcurre en base a estímulos en estrecha relación con el reloj.
El sistema lucha entre la rutina y mi tristeza profunda
La granola con yogurt y las hamburguesas de garbanzos me mantienen a flote
El exceso de grupos de whatsapp vacían mi escritura.
Siento casi a diario unas ganas existenciales de borrarme de la matrix
Quizás quedarme únicamente en la plataforma de los mails
Aunque también podría permanecer en Instagram
El pájaro suena a mensaje de texto
Mi concentración a lo digital es absorbida casi en un 85% por la vista de mi ventana al cielo.
Lo multifacético se vuelve mi bandera de excusa.
Voy al baño y sale el huevo, ya me estaba dando jaquecas.
Hoy estoy más animada, y lo se porque no me molesta nada de lo que hace el perro.
En este confinamiento me volví su fan.
Le declaro la guerra a la dualidad
7-
Todos los días sueño con el mar y hago una cita para tatuarme un pulpo
Hoy decido copiar un escrito viejo
De cuando todavía no existía la cuarentena.
La diosa del llanto, se llama.
Grito para que me devuelvas la voz
Tu que todo lo llevas
Te pido que me la entregues
Te veo danzar,
te escucho cantar
Siento envidia
Me envuelvo en tu abrazo,
que me acaricia y golpea
Golpe, golpe, golpe
Golpe, golpe, quietud
Tan inmensa eres
Que me pregunto
que puedo darte yo
Giro, salgo y me entierras
Siento tu ritmo
Y te deseo tanto, que duele
Entonces pruebo mis lagrimas
Y siento que nos parecemos
Me alejo, te observo desde la orilla
Inmensa, lejana y diferente