por Jacqueline Golbert
Mi cama es mi templo
ni sento gusto nada
no huelo nada
sola istoy in mi cama
tanta cotsa no importa
como ter uma cama
ile amore por mi cama
ise ma grande ke tuda mi casa
Cama quirida:
kuando dijeron ke vasha motel
dil centro di ciudade, lo primero ki pinsé
sería uma gram historia pra cuntar
pudría thriller scribir di lo bad
ke doutores mihan tratado. No baneiro pra infektados
al menos onvres tein porongo pra mihar em arvolito
mais sensible eu estava pra haceir equilibrio mojarrón mis pantalomes.
Soficiente ser imfektada pra tanvien ser meada.
Mais dura burokracia ke enfermada contagiada.
Sim gosto ni sulfato
8 horas em um cuarto
mi corporeo isperando vulnerado. Pinsé in mi cama y disparatada huí
corriendo pro la caile fantaseando…
cómo sería doloroco ser
arrabada di mi cama
Aki viene dramatitza:
Cheguei e recebi tubaza
«ke vuelva ao hospital» mi gritaban
a firmara declaracione jurada
o ayuta llegaría a mi casa.
( nu es tam grave si mi mandan ao motel pinsaba quizái siría
kumo Patty pro imfectada).
Mi cama heredada Mi cama donada Mi cama azorada
colcha negra tapada
nu cumparo com nada
como en tí, duermo en tí,
shoro, mastubo
soño. Soño, soño, soño mío.
Quirida cama
aunke tes viejita
sim tí sentiría varada
completamente angushtada
quizaí durmiría parada.