por Jorge Drechsler
guardianes serenos ocupan
el espacio preciso que separa
mi cuerpo del atardecer a lo largo
de todo el invierno. a su izquierda
las nubes groseras se maquillan
para la noche que se anuncia fría y clausurada,
del otro lado una paloma sucia
juega con el logo de directv en una antena
inclinada por el viento la lluvia y los datos que recibe desde el satélite.
mientras los muros se ponen naranja
tanques plásticos llenos de agua y codicia
esconden al sol en su hora más vulnerable
su blancogris ensuciado quiere convencer que el final del día es poca cosa
para que no los arranque
y deje al vecino japonés sin abastecimiento