por Valentín Etchegaray
En el campo estoy mejor
a la mañana me despierto y pienso en Dios
es lo único en lo que me deja
pensar el sol naranja desde mi pieza
aunque yo no crea en Dios
y Dios para mí sea un señor
que fue muy famoso hace unos años
y ahora sólo vive de los memoriosos
y de sus producciones de antaño
en el campo en el que vivo
el piso está siempre frío
ya me acostumbré
como a las paredes grises y al diario de papel
también ya asimilé
que el pasto con pesticida
adormece mis pies
en el campo no estoy solo
tengo dos galgos
y una familia de fantasmas
que cena cuando me voy a dormir
ellos cocinan y lavan los platos
entonces la única comida que preparo
es la de los galgos
de la ciudad extraño dos cosas
que en invierno tu cara se ponga rosa
y poder escuchar la radio
acá la radio no se escucha
extraño la radio particularmente en la ducha
ahí es cuando me siento más solo
los galgos no ladran
y los fantasmas no hablan
los primeros días me bañé
escuchando la interferencia
después no sé si fue el miedo
o mi falta de paciencia
y preferí bañarme en silencio
antes se escuchaban los grillos
pero el jardinero
y el padre del conventillo
me dijeron que llene todo de pesticida
les arruiné la vida
yo creo que la última noche que escuché a los grillos
no escuché grillidos
si no gritos
las noches que me siento más solo
me pongo proactivo
compro un vino
y le escribo al jardinero
ya tenemos nuestro código:
el pasto de atrás está muy largo
me llega a las rodillas
y me hace cosquillas
no tarda en venir
en su camioneta
con su chaleco violeta
y su gorra verde
descorchamos
de su hijo hablamos
y en su pecho me duermo
me despierto solo y
con el sonido de la puerta
y con el jardinero en la camioneta
mirándome dado vuelta
estoy mejor en el campo
no te preocupes por mí que no estoy solo
tengo dos galgos
una familia de fantasmas
un jardinero
a Dios
y a la interferencia