Podría vivir tres días de corrido comiendo manzanas verdes

Por Federico Salday

Podría vivir tres días de corrido comiendo manzanas verdes y escuchando la radio
pero necesito algo que me deje dormir
No el sonido de la fábrica que estaba enfrente de la casa que
nunca le gustó a mi mamá
Y que ahora escucho y no sé de donde viene
Tampoco las vibraciones de las máquinas
que para mí funcionaban como una prolongación de su presencia invisible
desde el patio de baldosas de granito picadas en las puntas
para jugar a la bolita
Necesito dormir para desovillar mis músculos
para poder entender como estoy con mis pensamientos
que siempre me dicen algo que no sé si sé
Y me pregunto
de dónde sacan las palabras mis pensamientos estando tan cansado
y tan solo
Solos como aquel día
que nos entraron a robar los juguetes del día del niño
en la casa del culo del mundo enfrente de la fábrica
en donde los sábados escuchábamos el tema que cantaba Celeste,
ese que decía algo de necesito,
necesito amor,
necesito
o algo así
Mientras la estructura de al lado
consumía nuestro oxígeno
en las ondas que se desplegaban por el aire viciado,
en las cicatrices del hormigón del cielorraso
que se transformaban en cataratas ante cada tormenta,
que roía los cimientos
y los desplazaba
mínimamente
como si anunciaran el derrumbe
que ojalá también arrase con la fábrica
que mi recuerdo ya no necesita
para poder dormir