por JJ Romero
No me atrevería a conducir
un colectivo en la ciudad.
Sería un colectivo muy lento.
La gente iría muy tranquila
y se dormiría.
Recortar poemas, recortar
poemas, y luego
recortar poemas,
y otra vez recortar poemas.
El aire de adentro y de afuera.
Los colores de adentro y de afuera.
Una humedad latente como el mar.
Una ciudad construida
con perlas.
¿Llegará a interesarme
alguna vez otra cosa
que no sea el amor,
las máscaras
las luces y la música pop?
¿Me gustarán
alguna vez los autos,
los videojuegos,
los programas de cocina?
¿El futuro
de la humanidad?
¿El destino de los colectivos?
La noche más fría que recuerdo
visité una fábrica de galletas
y las máquinas silbaban más alto
que el viento.
La luz tornasolada que entra por los vidrios
se escurre muy rápido
soy de esa opinión.
Necesito que todo brille
como la sección de lácteos
del supermercado
(no todo el tiempo).