Espera e instrucciones

por Juan Pablo Mercado

Un bar mantiene la calma en la sobrecarga
de la gélida mañana de junio

en la proyección de motocicletas
y furgones que se pierden

en la intersección que conecta la avenida
2 de abril con la ruta nacional 38.

El regocijo del rayo del sol
contrataca los sueños perdidos

importados a vírgenes agrietadas
proyectadas en la superficie urbana

entre antenas telefónicas y ondas de emisión
a priori, petrificando la dinámica estatal provincial.

Poniendo en jaque un complot contra mi
y mis amigos, mientras la radio repite:

no hay futuro: el mundo es incorregible.
A la espera de detectives e instrucciones

el vacío negro estrellado colapsa,
el viento levanta frenético y ausente 

Los fantasmas retornarán,
es el destino del clima de los llanos.

Nada es particular en la ciudad.
—La juventud es para arriesgarse ¿No?

Eso me dijo María a los 12 años
cuando eligió un helado de sabor sandia.

—¿Arriesgarse con otros sabores de helados?
—Si, es apenas el comienzo.