por Gabriela Albuquerque
Yo estoy apuntando todos los lápices
Contando las manchas que tengo abajo del ojo
Rompiendo vínculos y sintiendo odio
Odio a las imágenes que me persiguen
Odio al general que me esclaviza
Odio a esa maldita empresa que no deja que Ariel vuelva a casa
Hoy niego mi cuerpo y todo lo que a él pertenece
Niego mi boca, mi lengua, mis dientes, mi esófago, mi ventre y mi ano
Trabajé demasiado para estar firme, para ser fuerte
Y para estar en la moda, é claro
Pero hoy la última cosa que deseo es este cuerpo
Yo ya morí muchas veces un único día
Y aún así cuando la noche cae
Escucho el fin del cielo
Si, yo puedo escuchar el fin del cielo
Y sin embargo, y sin embargo
Todos los días ese mismo pájaro insiste en volar
Me pregunto quiénes son esos predicadores disfrazados de poetas
Me pregunto por dónde andan mis compañeros de batalla
Escucho un zumbido magnético
Unísono y grave, siempre grave
Y me acuerdo del mosquito que vive en mi oído
(Él entró otro día, dicen que soy quentinha por adentro)
De nuevo, yo debo pedir tregua
Tregua a todos esos bichos invisibles que me siguen comiendo
Para por fin desistir y hacer una lista
aveia, presunto, queijo, banana, cebola, verduras, parmesão, um chocolatinho, soda, espinafre com toda a sua realeza, bolacha, maní
Grandiosa, épica e imponente
¡Qué insolente es la naturaleza!