por Mirtha Bermegui
Nunca escribiría sobre mi sexualidad en primera persona
Ahora que te fuiste te lo digo en primera persona:
no me cogiste nada bien.
Cada noche soportaba tu efímera y mezquina excitación,
tu erección blanda y blanca de cinco minutos.
Cada noche me limpiaba tu semen con el asco pegoteado en mi concha.
Te creías un titán peludo arriba mío y yo ni siquiera comenzaba a sentirte.
¡Cómo me calentás! me gritabas mientras acababas en cinco minutos.
¡Cómo me calentás! te grito hoy con esta ira insatisfecha que rebalsa mi espíritu y mi concha.
Quiero acabar y en primera persona.